El estudio del pensamiento humano, es aprender a disfrutar de cualquier idea o expresión humana que tenga resplandor, belleza, estilo. Para entender una teoría, un pensamiento, por un momento hay que ocupar el lugar del disertante y procurar identificarse con el, y luego, ensayar y repetir sus ideas. Eso significa entender. Después uno puede estar en desacuerdo y atacar esas ideas que entendió. En cambio, si de entrada dice, “yo discrepo”, no entendió nada, y discrepa de la nada.
Antes de estudiar a ciertos autores o leer determinados libros, uno ya viene formado de conceptos, principios y sale como un caballero armado a ver si el otro coincide con uno o no. Si no coincide, lo volteo y a otra cosa. Esa es la mejor manera de no aprender.
Hay que aprender a aprender y a pensar, aprender a colocarse en lugar de cada ideología y apreciarla desde su lógica interna, de donde viene, adonde va, que quiere demostrar. Saborearla. Aunque no sea de nuestro paladar, saborear el mecanismo creativo del pensamiento.
martes, 12 de febrero de 2008
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